En la actualidad, existen implementos ortodóncicos que se basan en las mismas funcionalidades y estructuras de los brackets, pero que se elaboran en materiales como zafiro o cerámica, con la intención de disminuir los efectos estéticos adversos que se asocian a estos dispositivos. Por otra parte, existe una variedad removible a la que se suele denominar como retenedores. Estos últimos cuentan con una pieza central plástica o de otro material que recubre el paladar y/o parte interna de la encía inferior, así como unos arcos metálicos que se ubican en el área exterior de los dientes. Incluso existen aparatos ortopédicos tipo férula, que son fabricados en un plástico transparente muy resistente y garantizan resultados similares a las alternativas mencionadas anteriormente.
Sin embargo, es posible que algunos niños pueden necesitar dispositivos especiales de ortodoncia para solventar problemas con la forma de sus huesos maxilares. Esto suele recomendarse, cuando existen evidencias de mordida invertida, prognatismo o retrognática. Estas alteraciones están relacionadas con maloclusiones producidas por una interacción inadecuada entre los elementos de la dentadura superior e inferior. En estos casos, se busca ampliar o reducir las dimensiones de uno o más huesos faciales, para mejorar la forma de la mordida.